Desesperado matrimonio llayllaíno canta en nuestras calles por unas monedas
Municipio de Llay Llay intervendrá para auxiliar a estos vecinos:
Una penosa situación es la que está viviendo una familia en el sector de Las Vegas, en Llay Llay, al punto que el jefe de casa, don Marco Vega Pérez (52), a quien le falta una pierna y tiene una amputación en una de sus manos, junto a su pareja Judith Ceballos Riffo (54) viajaron (él con su muleta) hasta San Felipe para cantar sus canciones en las calles de nuestra ciudad, recogiendo con humildad las monedas y algunos billetes que los transeúntes les daban en su pequeña canasta de mimbre.
«Estamos desesperados, tenemos una hija y dos nietos, yo tengo mis limitaciones y mi esposa es epiléptica, entre otros males que sufre. El Gobierno no nos ha entregado nada, pareciera que las autoridades no nos toman en cuenta a quienes vivimos en sectores rurales, así que por eso estamos acá, haciendo algo que nunca nos imaginábamos llegar a hacer, cantar en la calle por algunas monedas, igual lo agradecemos con toda el alma», dijo Marco Vega a Diario El Trabajo.
Según indicó este vecino, aún no han recibido una sola caja de mercadería, situación que consultamos con el Municipio de Llay Llay, de donde se nos respondió que «la Municipalidad de Llay Llay, a través de su Dirección de Desarrollo Comunitario, ya está en contacto con esta familia, con el fin de coordinar entrega de ayuda social, de acuerdo a sus necesidades más urgentes», respondieron desde la municipalidad llayllaína. También el Departamento Social de la Gobernación de San Felipe tomará contacto con ellos, para ver qué ayuda social puede ser otorgada. Los interesados en contactar a esta familia, pueden llamar al: +56 9 4128 8093.
Roberto González Short
MUNICIPIO AL PENDIENTE.- Desde el Municipio de Llay Llay se contactó vía telefónica con estas personas, para atender de inmediato sus necesidades.
DRAMA INACEPTABLE.- Marco Vega Pérez y su pareja Judith Ceballos Riffo viajaron (él con su muleta) hasta San Felipe para cantar sus canciones en las calles de nuestra ciudad, recogiendo con humildad las monedas y algunos billetes que los transeúntes les daban en su pequeña canastita de mimbre.
