Tras 22 años del hecho, P.C.V. cuenta su verdad tras haber sido violada y embarazada por el ex sacerdote, Francisco Valenzuela.

Pablo Salinas Saldías – psalinas@eltrabajo.cl

Por primera vez, después de más de dos décadas, prestó su declaración ante el Tribunal Oral una de las primeras víctimas que se conocía del «Cura Pancho» en el año 1989, la mujer de nombre P. C. V., quien en la actualidad tiene 34 años, fue violada por el aquel entonces sacerdote, lo que derivó en un embarazo cuando era tan solo una niña de 12 años.

Al momento de contar su relato, P. C. V. demostró ser una mujer segura de sí misma y sin pudores relató ante los jueces su experiencia con Valenzuela cuando en 1988 había sido recién nombrado Vicario de la Parroquia Andacollo y Cristo Resucitado en San Felipe.

P.C.V., con voz firme, expresó: «Tenía 12 años, cursaba séptimo básico en las Religiosas Carmelitas, vivía muy cerca de la parroquia Cristo Resucitado, todo se inició un día cuando terminada una misa, el sacerdote ingresó a la Sacristía, yo me encontraba en compañía de una amiguita. Al entrar a la oficina, el padre venía con su sotana blanca y la estola, y comenzó a sacarse su investidura completa y me va a saludar abriendo sus manos para abrazarme y me besó en la boca. Me sentí complicada porque no sabía por qué lo había hecho».

«ME DA ASCO RESPIRAR EL MISMO AIRE QUE ÉL»

Continuando su relato, expuso: «Tengo imágenes muy claras, me decía que entrara por la parte de atrás, tomando las precauciones de que nadie estuviera en casa, para hacerme entrar y tener relaciones sexuales en su dormitorio, además lo hicimos en una oficina utilizada como Policlínico donde había una gran imagen de Jesucristo y al sacerdote no le importaba para nada. Controlaba mi período (reglas) sabía los días fértiles, y me decía lo que tenía que decir y lo que no debía. Él me hizo liderar una procesión, me sentía importante a su lado ya que Él confiaba en mí, nunca vi maldad en él, porque me presentó a su familia, me defendía de las tonteras que me decían mis amigos, me hizo sentir protegida de todos».

La muchacha, muy convincente, explicó: «Conocí la sexualidad con él, a esa edad ni siquiera había dado un beso, se dio el lujo de tocarme y más encima, dejarme embarazada a los 12 años. Con el tiempo, vi que no fui la única en sus abusos y créanme que me da asco respirar el mismo aire que respira él».

ABORTO Y FELICIDAD

La víctima explicó que cuando le informó que no llegaba su regla, Valenzuela le pasó un frasco para tomar una muestra de orina, tiempo después, le informó que estaba embarazada, pero que no se preocupara porque iba a recibir todo su apoyo. Continuando su relato, dijo: «Yo seguí asistiendo al colegio sin decirle a nadie, hasta que con el tiempo mi madre se entera, hasta que ella decide llevarme a una clínica donde me practicaron un aborto… yo lloraba, pero de felicidad», concluyó.

Sin embargo la muchacha aclara el por qué nunca se denunció: «El error ahí fue de mis padres, sólo sé que ellos hablaron con el Obispo (Vial) y la Madre Superiora, pero a nadie le interesó, a ninguna autoridad eclesiástica le importó lo que sucedía», enfatizó.

Posteriormente, la madre de P.C.V., Isabel, se presentó ante la audiencia declarando: «Fue el peor año de mi vida al enterarme que mi hija fue abusada por el sacerdote Francisco Valenzuela, me enteré cuando me mandaron a llamar en el colegio, y la directora me dice que mi hija está embarazada. Mi esposo no estaba conmigo porque trabajaba en el Norte, hasta después de un tiempo le conté lo sucedido para dirigirnos hacia el Obispado para ver si recibiríamos alguna explicación o apoyo».

La madre agregó que tras ingresarla a la Clínica en Los Andes, el médico le indicó que el embarazo venía muy complicado, donde le habrían recomendado un lugar para practicarle un aborto en Santiago: «Yo pensé en mi hija, en su salud mental y en su futuro, sólo quería protegerla».

Al consultarle sobre su reunión con el Obispo Vial, Isabel dijo estar hasta el día de hoy muy dolida, ya que nunca más se acercaron a su familia: «No hicieron nada, ni para saber cómo nos encontrábamos», concluyó.

Andrés C., padre de P.C.V., muy consternado y emocionado, recalcó que cuando se entrevistó con el Obispo Vial, éste le prometió castigar duramente al Sacerdote por su falta. Así mismo, develó la situación cuando decidieron que su hija abortara: «Lo hicimos con mucho dolor… (su voz se quiebra y las lágrimas brotan de sus ojos)… ese bebé no podía nacer porque venía de una violación y de esa persona», recalcó.

No obstante, en un comunicado a los diversos medios de prensa nacional, el ex Obispo de San Felipe, Monseñor Manuel Camilo Vial, pidió perdón luego de que el pasado jueves prestó su declaración ante el Tribunal señalando: «Concurrí al Tribunal con la mejor disposición y el firme propósito de contribuir al esclarecimiento pleno de la verdad y el imperio de la justicia. Son los tribunales la instancia llamada a determinar la verdad de las actuaciones del ex sacerdote y hacer justicia».

Vial agregó que «de manera clara y categórica rechazo, una vez más, cualquier tipo de abuso contra menores. En este caso y en otros, no hay razón que justifique un pecado y un delito tan espantoso. Con honestidad y transparencia, he declarado judicialmente la verdad de todo cuanto supe, todo cuanto hice y no hice, considerando la información y percepción que a fines de los 80 disponíamos, tanto en la Iglesia como en la sociedad, sobre la prevención de este tipo de hechos».

Monseñor Vial concluyó en su comunicado que «en ningún caso he tenido la intención de minimizar el daño realizado ni de justificar la agresión ni al agresor. A quienes mis hechos o palabras pudieran haber ofendido o causado daño, les pido sinceramente perdón».

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